La amazonia peruana es sin duda, una de las mas biodiversas a nivel mundial, pero además, posee una gama de culturas ancestrales, en ésta, convergen más de 65 grupos étnicos, y otra pequeña parte de su población es heredera del mestizaje de europeos y pequeños grupos de asiáticos, entre otros. Iquitos, mas conocida, como la capital de la amazonia peruana, es la mejor muestra, de convergencia de culturas, tiene como su mejor exponente, la “casa de fierro”, diseñado por el francés Gustav Eiffel, situado en su plaza de armas, todos ellos, provenientes, de la época del caucho.
Al margen de este mestizaje, la amazonia, comenzó a ser repoblado, por personas provenientes, de la sierra peruana, las que, en gran medida, han formado las comunidades campesinas, quedando las etnias amazónicas, agrupadas en las comunidades nativas, surgiendo, un nuevo mestizaje entre estas.
Sin embargo, es importante, hacer precisiones sobre las comunidades, que en muchos casos, han preferido, dejar el reconocimiento como comunidades, para formar parte, de centros poblados y caseríos sin reconocimiento ni denominación cultural, este grupo, debería formar parte, del grueso de no reconocidas, las mismas, que incrementarían en gran medida, las reconocidas, por el Ministerio de Agricultura.
Sin embargo, es importante, hacer precisiones sobre las comunidades, que en muchos casos, han preferido, dejar el reconocimiento como comunidades, para formar parte, de centros poblados y caseríos sin reconocimiento ni denominación cultural, este grupo, debería formar parte, del grueso de no reconocidas, las mismas, que incrementarían en gran medida, las reconocidas, por el Ministerio de Agricultura.
VIAJANDO POR EL AMAZONAS
Cuando, tenia solo un año de vida, fui llevado por mi padre, al puesto fronterizo con el Brasil, de Curinga en Río Blanco, cuando mi padre servia, como miembro de la ex Guardia Republicana. A los siete años, comenzamos a viajar por el Río Napo, hasta la localidad de Roca Fuerte en Ecuador, viajábamos, visitando cada caserío, cuando cumplí once años, viajamos por el Río Nanay, hasta su naciente, en las desembocaduras de agua blanca y agua negra, sus aguas, muy frías en las mañanas, estaban pobladas de muchos peces, de diversos tamaños y colores, allí descubrimos, que la doncella (pseudoplatystoma fasciatum), desova en grandes cardúmenes en sus playas, entre otros peces, que producen una característico sonido melodioso bajo el agua, en las épocas de desove, y en el lecho brillaban imperceptibles escamitas doradas, provenientes de alguna veta oculta, posteriormente, he viajado por los ríos: Bajo Amazonas, Ucayali, Marañon, Huallaga, etc.
Una, de las mejores lecciones, que aprendí en la amazonia, fue sin duda la de pescar, uno nunca sabe de que tamaño o especie, será, el próximo pez que capture. Nadar en sus frescas aguas, es reconfortante, u observar los monos, que saltan de árbol en árbol, todo tipo de aves, e insectos, y caminar a través de bosques muy diversos, a lugares nunca descubiertos, son otras de las razones, para asombrarse de sus bellezas ocultas.
En una ocasión, navegando en una canoa por el Alto Nanay, en un lugar llamado “Pachacutec”, en una parte del río muy profunda, pude observar, una boa oscura de solo unos cinco metros, acechando en un recodo, ese mismo día, en horas de la noche, observe un majas (Agouti paca), saltando en un mismo lugar, como, si estuviese atado a algo, ese roedor, no cesaba de saltar, pero, cuando me aproximé en mi canoa, sin hacer ruido, observé, que una anaconda (Boa constrictor), bastante gruesa, sobresalía del río, hacia un bosquecillo, en dirección al majás que parecía estar cazado por la boa, luego este se discurrió hacia el río.
En otra ocasión me cruce con un enjambre de anguillas (Electrophorus electricus), todo sucedió una noche, cuando puse un anzuelo espiñel, y al quedar atrapado una anguilla, se unieron a ella, un centenar a su alrededor, fue cuando, me metí en medio de ellos, suavemente, con mi canoa, sin saber, de qué se trataba aquellos sonidos en la oscuridad, hasta que encendí mi linterna, pude observarlos como a tallarines, entonces, con sumo cuidado, pude retirarme de allí, remando hacia atrás.
Son tantas, las vivencias y sitios inexplorados, que son frecuentes para los amazónicos, las cosas que pude ver, en toda mi infancia y adolescencia, en la selva amazónica, muy lejos de la ciudades, que de ser conocido por cualquiera, los dejaría sorprendidos, y no dudarían en reconocer, que el Amazonas, es mas, que una maravilla de la naturaleza, no hay ni una posibilidad, de que, solo un paisaje, por mas espectacular que sea, se compare al Amazonas, que esconde un sinnúmero de lugares, esperando ser descubiertos, aun por nosotros mismos.
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