Históricamente, los pueblos originarios de la amazonia han sido excluidos de los programas gubernamentales, sin embargo, en la actualidad, las intervenciones, son de escaso margen, pero más alarmante aun, los resultados son de bajo impacto (véase las cifras de pobreza del INEI**), se hace más evidente, por un lado, el desconocimiento de la concepción del desarrollo indígena, y por otro, prima la complacencia de permanente atropello, a sus más elementales derechos como son: a la vida en un ambiente saludable, al desarrollo y sobre todo al derecho de tomar sus propias decisiones, establecidas en el Convenio Internacional de la OIT No. 169.
Generalmente, se enfoca el desarrollo, desde un punto de vista tradicional, que más se asemeja a la mera ejecución de procedimientos burocráticos, direccionando todo, como es lógico esperar, nace entonces el rechazo de los beneficiarios.
Desconocer por ignorancia u omisión, las potencialidades de cada pueblo, entre ellos, los distintos modos de concepcionar el desarrollo, impiden canalizar recursos con eficacia y efectividad hacia los pueblos indígenas beneficiarios.
Los proyectos desarrollados, al margen de las costumbres y conocimientos ancestrales, generalmente pasan desapercibidos, crean incertidumbre o son rechazados, puesto que, el desarrollo se relaciona con el aprendizaje de ciertas habilidades, como la caza, pesca, elaboración de artesanías, construcciones rurales y cultivos agrícolas.
En consecuencia, podríamos formular una propuesta integral, en función a la satisfacción de las necesidades humanas de los pueblos indígenas, las que, bien podrían separarse en dos fases, que permitirían el forjamiento de su autodesarrollo:
En la primera fase, se debería desarrollar la creación de diversos Programas o el Programa Integral Básico de Desarrollo Rural de la Amazonia, con la implementación, de actividades de atenciones básicas, mediante la participación de todos los Ministerios: Educación, Salud, Agricultura, Ambiente, Producción, Energía, Vivienda, etc., dotando por ejemplo a los pueblos indígenas de servicios médicos de emergencia, de sistemas de agua y desagüe adaptados para el ámbito rural, sistemas de servicios higiénicos rurales, dotación de tecnología básica para la transformación forestal para dar valor agregado a sus maderas en la fabricación de muebles y en la construcción de viviendas rurales, implementación de sistemas energéticos apropiados, para alumbrado domestico, sistemas de transporte y comunicaciones rurales, del mismo modo se debe resolver el problema de tierras, de cientos de comunidades nativas y campesinas aun no reconocidas***, ni tituladas, respeto por sus tierras y solución de conflictos, con un adecuado saneamiento de tierras por parte de una entidad técnica que respete los derechos consuetudinarios de las comunidades indígenas****, etc.
En la segunda fase, se debe crear Programas o el Programa Integral de Desarrollo Rural de la Amazonia, con enfoque empresarial, con el apoyo directo al agricultor, orientando al manejo de la biodiversidad, en la agricultura, manejo de fauna acuática y terrestre, manejo de cuencas e implementación de los servicios ambientales, priorizando la siembra de árboles frutales con alto valor económico, creación de programas de piscicultura, zoo criaderos, para comercialización y/o transformación para la venta a grandes escalas, la promoción del turismo, la transformación y comercialización de los cultivos a precios justos, de igual modo, con el aprovechamiento integral de sus recursos forestales, con producción de mueblería y derivados, con la debida promoción y asesoramiento, establecimiento de lineamientos, para el cobro por servicios ambientales, por los que, el estado, debe facilitar los mecanismos necesarios de su beneficio justo y equitativo.
Estas dos fases, constituyen dos pilares del desarrollo rural, que puede transformar, la situación socioeconómica de la población indígena amazónica, en el contexto de un sistema obsoleto, sin planes ni objetivos, en donde reina la desorganización. En resumen, no basta llegar a los pueblos con Programas, hay que educarlos y permitirles, desarrollarse con sus propios esfuerzos, incentivando la producción, así como, permitir el fácil acceso a créditos, para diversas actividades productivas, respetando sus derechos.
En Salud intercultural, no basta con la construcción o implementación de hospitales, la salud rural indígena, debe estar orientado a la atención medica, en las zonas fronterizas y endémicas, capacitación de enfermeros rurales, e implementación con los medicamentos necesarios, la construcción e implementación, de postas y hospitales, deben ser parte, de programas de lucha contra la pobreza, en dicho Programa, deberían participar, las organizaciones indígenas para homogeneizar ideas, y corregir posibles errores de concepción.
La Educación intercultural, debe concebirse curricularmente, con enfoques de desarrollo empresarial, se requiere de una estrecha participación, de las organizaciones indígenas, y sobre todo, la aceptación de los pueblos, que son los que deben aprobar, el desempeño de sus maestros, para evitar por ejemplo, ausentismo y abandono de cargo de sus maestros.
Inclusión y consulta previa, con la creación de una oficina de coordinación, para la solución de diversos conflictos del ámbito rural, la recepción de aportes y formulación correctiva de políticas de desarrollo rural.
* Miembro del Instituto Para Programas de Desarrollo Social Alternativo y de la etnia Iquito.
** http://www1.inei.gob.pe/web/NotaPrensa/Attach/10685.pdf
*** Centros Poblados, Caseríos, etc.
**** Comunidades nativas y campesinas.
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